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Historia

Historia de Almaraz

Paleolítico

El Paleolítico es un largo período de la historia de la humanidad que abarca desde hace 2.000.000 de años hasta el 10.000 a C. Paleolítico significa piedra antigua, es decir, aparecen los primeros utensilios fabricados por el hombre: la talla de piedras a base de golpear un canto contra otro canto dando lugar a un artefacto afilado, “canto tallado”.

En el Campo Arañuelo se han hallado núcleos de esta época en las terrazas del Tajo, sobre todo en Peraleda, Bohonal, Berrocalejo, El Gordo, Rosalejo, etc. En Valdecañas y Romangordo hay cuevas del Neolítico pero en futuras excavaciones se podría hallar restos del Paleolítico en las mismas.

Economía y sociedad:

El fuego apareció  hace 1.000.000 de años. La caza, a veces la pesca, y sobre todo la recolección era la base de su alimento.

El hábitat estaba en la proximidad de los ríos para abastecerse de caza y pesca.

Eran pueblos nómadas, quizás de origen africano, que avanzando por las cuencas de los ríos con desplazamientos periódicos o continuos, llegaron a esta zona.

No existen estructuras de habitaciones, primeramente serían enramadas estacionales con el clima cálido y cuevas cuando el clima se tornó frío. Los asentamientos eran por poco tiempo para cazar y consumir la carne.

Las comunidades la formaban un grupo familiar reducido de 20 a 25 personas, de alta natalidad y mortalidad infantil y un promedio de vida de 40 años.

En el Paleolítico Medio aparecen los primeros enterramientos lo que indica cierta forma de religión o espiritualidad.

Aparece el llamado arte rupestre lo que indica que estos pueblos tenían una relación con los del resto de España incluyendo la región cantábrica, pinturas sobre todo de animales y pocos humanos, destacando las mujeres con reexaltación de sus atributos, y signos o líneas abstractas. Las manos representadas aún no han sido interpretadas creyendo ser de rituales religiosos o de mutilación, pues falta un dedo.

En nuestra zona, como en todo Cáceres, los restos del Paleolítico Medio y Superior son más escasos que los del Inferior o primera etapa. Hubo en el Campo Arañuelo una gran industria lítica por la existencia de yacimientos naturales de sílex y cuarcita usados para fabricar utensilios como lascas, hachas, raspadores, raederas, bifaces.

Paleolítico Inferior. Se conoce la presencia humana desde 250.000 a C a 125.000 a C.. En la zona del Tajo, Tiétar, Villuercas y Plasencia se han encontrado utensilios. Eran pueblos neandertales. El hábitat estaba en la proximidad de los ríos. El clima era cálido y húmedo, por lo que no vivían en cuevas, sino en enramadas estacionales. Eran cazadores (conejos, liebres, uros, caballos, elefantes, bisontes, rinocerontes), a veces pescadores y recolectores de frutos y plantas silvestres. Iban desnudos o con taparrabos. Practicaban el canibalismo. Se cree que existía ya cierta forma de lenguaje articulado.

Paleolítico Medio. Desde 100.000 a C. Hasta 40.000 A C. Eran neandertales, de 1,55 m. de altura, cazadores y recolectores. El clima también era cálido. No habitaban cuevas. Aparecen los enterramientos. Utensilios como raspadores, cuchillos de sílex y cuarcita, abundando los bifaces en el Campo Arañuelo.

Paleolítico superior. Del 40.000 a C. a 10.000 a C. Es la época del hombre de Cromañón. Utensilios de piedra, marfil y hueso. Se cazan osos, leones, ciervos, hienas. El clima es frío y el hombre se refugia en cuevas, que en nuestra región no abundan, excepto las conocidas en los calerizos de Cáceres y Castañar de Ibor. Las pinturas de Maltravieso son de esta época.

Neolítico

El Neolítico que se inició hacia 9.000 a C. en Extremadura es mal conocido y se introdujo tarde hacia el V milenio a C.

La gran revolución económica es el paso de la caza y la recolección a la agricultura y la ganadería, aunque la caza se seguirá practicando. Se  cultivan, se mejoran y  modifican los cereales y se domestican animales como vacas, cerdos, ovejas, cabras.

También  lo es el paso del nomadismo al sedentarismo. Aparecen poblados estables, el comercio, la división de clases y del trabajo. De la banda se pasa a la tribu que hace más estable los poblamientos. Se produce por ello un aumento de la natalidad. En Extremadura se conocen restos de cuevas y sobre todo poblados al aire libre, consecuencia de un clima más cálido. En los Barruecos, Malpartida de Plasencia, encontramos los primeros vestigios de agricultura en Extremadura, datados hacia el VI milenio a C.

Los aperos agrícolas como hoces, molinos de mano o azadas son de piedra pulida. En la cueva de Boquique, cerca de Plasencia, se encontró cerámica llamada asimismo de boquique.

Edad del Cobre

El Calcolítico, también llamado Eneolítico y Edad del Cobre aparece hacia el III milenio a C.

En Extremadura aparece la primera gran ocupación humana del territorio. La sociedad es más sedentaria, pero se conoce la existencia de tribus seminómadas entre 2.800 y 1.600 a C., a la vez que aparecen la desigualdad de roles y bienes. Los poblados de viviendas de madera y ramas están al aire libre  cerca de ríos o en altos con una población de 1.000 personas. Tenemos un yacimiento en los Barruecos, Malpartida de Cáceres.

La economía es agrícola y ganadera. Aparecen las primeras actividades mineras y metalúrgicas del cobre.

Es la época megalítica, de construcción de dólmenes como los de Valencia de Alcántara o Navalmoral de la Mata. Son grandes losas verticales y otra horizontal sobre ellas, con un corredor de acceso a una cámara circular. La cerámica se denomina campaniforme. Continúa la pintura rupestre y se hacen ídolos de piedra o hueso a manera de bastones de mando.

Edad del Bronce

La Edad del Bronce, iniciada hacia el II milenio a C., también es una etapa muy desconocida en Extremadura. Como indica su nombre, se desarrolla la metalurgia del bronce (cobre y estaño), para fabricar herramientas de agricultura y para la guerra. En la zona del Tajo se extraía oro y había minas de plata en la región. La riqueza minera de la región dio lugar a una orfebrería local donde abundan los torques (collar o pulsera) conocida por los tesoros de oro de Berzocana, Monroy, Aliseda o Serradilla.

Los enterramientos se hacían en cistas (cuatro piedras verticales colocadas en rectángulo y otra horizontal como tapa).

Era una sociedad de agricultores, pastores, mercaderes, ya que comienzan a desarrollarse las relaciones con otros pueblos de la Península,  y de guerreros pues  los poblados adquieren carácter más militar al rodearse de murallas; sociedad muy jerarquizada con una élite que detenta el poder político y económico y que da lugar a la guerra organizada por motivos de propiedad económica.

Esto origina un arte de las llamadas estelas funerarias de guerreros al sur del Tajo como en Torrejón el Rubio o Cabañas del Castillo.

La pintura rupestre es otra actividad artística que continúa en la zona.

Edad del Hierro

La Edad del Hierro da comienzo cuando hacia el I milenio a C. los pueblos celtas del centro de Europa pasan a España ocupando entre otros sitios Extremadura y finaliza con la ocupación militar romana. Estos pueblos celtas o celtíberos llegan con armas de hierro, cascos, carros de guerra y caballos, dominando a los pueblos ya existentes y constituyéndose en una casta o aristocracia de reyes y militares, por lo que la sociedad se jerarquiza más. En las estelas bélicas aparece el guerrero con lanza, espada, puñal, carro y caballo. Los poblados se asientan estratégicamente en cerros a veces en la confluencia de dos ríos y se amurallan, originando los llamados castros, recinto donde estarían tanto las viviendas como el ganado. Se produce un crecimiento de la población por la llegada de otros pueblos de la Meseta. Las nuevas técnicas agrícolas incorporan instrumentos de hierro como la hoz y el arado.

Los pueblos que ocuparon Extremadura eran los lusitanos, vetones, túrdulos y célticos. La zona de Sierra de Gata, Monfragüe o Almaraz fue habitada por los vetones.

En cuanto al arte religioso aparecen unas estructuras arquitectónicas como las de Cancho Roano y exvotos de bronce como las cabritas de Malpartida, Aliseda o Torrejoncillo. Pero lo más frecuente era practicar ritos religiosos en cuevas, bosques o junto al agua. Se cree que los verracos de piedra pudieran ser una divinidad protectora.

De esta época tenemos las pinturas rupestres de Mongragüe.

El incremento del comercio da lugar a la aparición de monedas.

La riqueza de minerales de la zona da lugar a una rica orfebrería de joyas de oro y a una metalurgia guerrera de espadas y de uso personal de lujo como espejos y peines.

Entre los metales hay oro en la zona de Jerte y  Alagón, plata, estaño y cobre al sur del Tajo.

De esta época se sitúa el castro de Boxe de nuestro pueblo. Aunque hace años se creyó ver en el montículo restos de un dolmen o enterramiento de la época neolítica, estudios más recientes lo datan de la Edad del Hierro como castro de un pueblo vetón sobre la cima de una meseta rodeado de murallas de cuarcita con un torreón que pudo tener 16 metros de altura y 40 de diámetro. El perímetro de la ciudadela se asienta sobre la pendiente de la meseta, dos arroyos y el río Tajo a una altura de 140 metros. Sólo había un acceso con el torreón junto a la entrada. En el interior de unas doce hectáreas estarían las viviendas de forma cuadrada o rectangular y el ganado. A pesar del saqueo hay restos de cerámica. En los enterramientos aparecen objetos de bronce así como armas como una espada que se vendió en Madrid. El poblado se siguió habitando en época romana y medieval.

Tartessos

Los griegos consideraron a Tartessos como la primera civilización de Occidente. Su origen a veces es legendario ya que algunos ven a Tartessos como la Atlántida de Platón. Herodoto en el s. V a C habla de un rey histórico, Argantonio que se relacionaba con Grecia. Geográficamente ocupaba las actuales provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva y existía ya en el 1.000 a C. Su principal asentamiento estaba en la desembocadura del Guadalquivir, del Tinto y del Odiel. El origen es desconocido, pues su lengua era distinta a los pueblos limítrofes. Hay quien les hace pueblo autóctono y quien ve un origen mediterráneo oriental como uno de los Pueblos del Mar. La influencia fenicia sobre este pueblo fue determinante en sus comienzos.

Su riqueza era agrícola, ganadera y sobre todo minera (plata, cobre, oro y estaño), ya que surtía de éstos a todo el Mediterráneo.

El sistema de gobierno era monárquico autoritario. La sociedad estaba dividida en clases sociales: nobles, sacerdotes, comerciantes, artesanos, campesinos y esclavos.

Poseían legislaciones escritas. De la religión, politeísta, poco se sabe.

Desapareció en el S. VI a C de forma tan repentina que todavía hoy es una incógnita. Su capital todavía está por encontrar su ubicación.

Los restos de arquitectura más importantes se hallaron en Zalamea de la Serena, Badajoz, por lo que su influencia abarcó a toda la actual Andalucía y más al norte. El tesoro de Aliseda es tartésico, por lo que se cree que o bien el norte de Extremadura tenía relaciones comerciales con Tartessos o bien esta zona estaba bajo su influencia política.

Cartago y Roma en Extremadura

La influencia púnica en Extremadura no fue tan decisiva como será la romana. Los fenicios, instalados en la zona costera, se dedicaron al comercio en la zona de la Meseta y Extremadura, por lo que su influencia es más bien comercial de adquisición de minerales y venta de productos artesanales a los pueblos indígenas. Los fenicios ante una serie de guerras locales de pueblos de Hispania piden ayuda a los cartagineses, antigua colonia suya. Estos eran un pueblo más militar e imperialista en clara competencia con Roma que van a convertir el terreno de la península en teatro de las guerras púnicas (Cartago llegó a cerrar el estrecho con su flota) que ambas potencias desencadenaron por el control del Mediterráneo occidental. Cartago en el 236 a C. inicia una guerra de conquista e invasión de Hispania. Derrota a los pueblos locales celtas, iberos y tartesios o establece alianzas con ellos. Es un pueblo que no dejó gran influencia en Extremadura pues se limitaron a conquistar poblaciones y reclutar hombres locales como mercenarios de su ejército, aparte de seguir con la explotación de las minas. De la familia Barca, Amílcar desembarca en Cádiz en 236 a C., Asdrúbal funda Cartago Nova y llega hasta el Tajo haciendo la guerra o pactos (en Lusitania mató a algunos líderes locales luso extremeños como a Indortes, al que torturó, sacó los ojos y crucificó), y finalmente Aníbal conquistó Salamanca, Zamora, Segovia, Ávila y Toledo.

En el año 218 a C. los romanos entran en Hispania, tierra cuya conquista les costará mucho tiempo y guerras. Con Roma en Extremadura se va articulando el territorio, pues la provincia de Lusitania abarcaba parte de Portugal con la capital en Mérida y la inclusión del actual Cáceres.

La romanización en estas tierras no fue tarea fácil. Los lusitanos era un pueblo que ante Roma adoptó una postura de clara rebeldía ante lo que la potencia invasora respondió con asesinatos en masa de poblaciones y la esclavitud. Surge en esta época la figura de Viriato como un primer guerrillero que hará frente a Roma y que le costará pérdidas de batallas, legiones y generales. Eliminado Viriato sus seguidores marchan a Numancia dondes se unirán a la resistencia de la ciudad. Las guerras civiles de Roma también se trasladan a Hispania y Lusitania. Finalizadas éstas se establecen colonias, municipios, campamentos, oppidum, vicus  o mansio con veteranos de guerra o colonos italianos como es el caso de Emerita Augusta que será una de las más grandes ciudades del imperio o Norba Caesarina cerca de Cáceres. Con el tiempo se incorporarán autóctonos a estas nuevas poblaciones originando la fusión de ambos pueblos. También los lusitanos se incorporan en el ejército romano como unidad que seguí  usando su propia técnica militar. El armamento lusitano constaba de coraza de lino, casco, perneras, escudo y lanza.

Se introducen la lengua latina y el derecho romano a veces conviviendo con hablas y costumbres autóctonos. Con el tiempo desaparecen las hablas locales y se consigue la unidad lingüística.

Se incorporan nuevas técnicas agrícolas como el arado romano y una economía basada sobre todo en cereales, vid y olivo. También en la ganadería y las minas (oro del Tajo, hierro, estaño, cobre y los más buscados que eran la plata y el plomo). Los latifundios en las dehesas eran centro de producción agraria donde se construían lujosas villas.

Existió una gran artesanía local de vidrio en Mérida, de cerámica, orfebrería, escultura y mosaico.

Se hacen obras públicas como calzadas, puentes, embalses, creando una gran red viaria como la Vía de la Plata cuyo nombre era Iter ab Emerita Austurican. Las posadas o mansio a lo largo de las calzadas darían lugar a varias poblaciones.

La sociedad romana en Lusitania estaba formada de hombres libres, aristócratas como el famoso Balbo de Cáceres y plebeyos, libertos y esclavos. Son abundantes los nombres lusitanos en el ejército romano, pero también como aurigas y gladiadores en los juegos locales.

En cuanto a la religión, desaparecen los cultos locales o se asimilan al panteón romano de dioses que ya había asimilado dioses orientales y el culto imperial. Más tarde empieza la introducción del cristianismo con mártires locales como Santa Eulalia en Mérida.

Alio itinere ab Emerita Caesaraugustam era la calzada que pasaba por Almaraz. Quizá el origen del pueblo fuera una mansio o fundus, especie de mesón que se instalaba a lo largo de las calzadas romanas. De esta época existen restos en el Torreón, en la finca Picatón, en la ermita y camino de Valdecañas. El nombre romano de la primera población romana nos es desconocido, aunque algún autor creyó ver aquí la ubicación de la mansio Lama hoy mayormente se la sitúa en Plasencia.

El profesor Quijada habla de varias villas en el Torreón. También en esa zona estaba la necrópolis, tan amplia que partiendo de la desaparecida entrada de higueras llegaba a través de la carretera hasta la calle principal del pueblo, donde se hallaron lápidas. Las dos “monas” que se conservan en el palacio son dos esculturas que en época romana adornaban los cementerios.

El hallazgo de lo que algunos arqueólogos creen una mina de plata en la Cuesta de la Ermita junto a restos de edificios de época romana puede indicar que la economía minera pudo ser una de las actividades económicas de la población.

Los visigodos en Extremadura

En el siglo V Lusitania al igual que todo el occidente del Imperio Romano  fue invadido por una serie de pueblos germanos, que en el caso de Extremadura primero fueron los alanos y luego los suevos. En un primer momento las ciudades y las villas rurales son arrasadas pero al poco tiempo los visigodos establecen en toda Hispania una sociedad de tipo militar y jerarquizada formada por nobles godos e hispanorromanos, campesinos y artesanos,  y siervos en régimen de semiesclavitud. El proceso de ruralización que había comenzado al final del Imperio Romano se intensifica originando un tipo de economía agrícola y ganadera. Ciudades ya existentes como Cáceres, Caparra, Coria o Mérida se amurallan debido a las invasiones.

Mérida fue la capital de un reino suevo y luego de los visigodos. El llamado ducado de Lusitania perdura hasta la invasión árabe y destrucción del reino visigodo.

La época visigoda ha dejado pocos restos en el Campo Arañuelo, pero sí se aprecia cierta continuidad en las poblaciones preexistentes romanas como Trujillo, Plasencia o Talavera la Vieja y en las villas de los latifundios que ahora se denominan villulae.

La Iglesia de Mérida fue una de las más importantes de Hispania, además de foco de luchas religiosas entre católicos y arrianos, pero lo cierto es que fundó en sus diócesis muchos conventos y ermitas a veces junto a las antiguas villas romanas. Ermitas que servían de enterramiento a los señores y sus siervos. Estos lugares de culto los podemos ver en Alcuéscar, Alconétar o Ibahernando.

Esta situación puede aplicarse a Almaraz. La antigua mansio o villa romana continuaría su vida pues los restos de una ermita de época visigoda en un altozano junto a restos de épocas anteriores reaprovechados lo confirman. La ermita visigoda bien pudo ser un lugar de culto romano o prerromano reutilizado por el cristianismo que en época visigoda con el rey Recaredo fue la religión oficial.

Los árabes en Extremadura

De los siglos VIII al XIII se extiende la etapa musulmana en Extremadura. Tras la batalla de Guadalete en el 711 Tarik toma Toledo y Muza   Mérida en el 713. Extremadura se despuebla y tribus del norte de África ocupan las tierras junto a los cristianos que no huyen, los llamados mozárabes. A partir de ahora Hispania se va a llamar al Andalus y Lusitania será Al-Garb-Al-Andalus, el occidente de Andalucía. Los invasores ocupan y toman las propiedades de los huidos, de los vencidos y los de la Iglesia, que en el caso de Mérida, era abundante. En este tiempo se producen muchas conversiones de hispanos al Islam. Serán los llamados muladíes o renegados y el motivo era que los árabes sólo pondrán impuestos a los que no eran de su religión.

Tenemos así que la población estaba constituída por una minoría de invasores, los árabes de la península de Arabia más otro grupo más numeroso, los bereberes del norte de África que tenían el poder militar, político y la gran propiedad de la tierra. Junto a estos estaban los antiguos hispanovisigodos, libres y pequeños propietarios, unos los muladíes que por motivos fiscales cambian de religión y otros los mozárabes que no emigraron al norte y conservaron la religión cristiana al principio por la tolerancia de los primeros invasores pero que más tarde fueron obligados a convertirse o huir. Esto sucedió cuando entraron nuevos invasores más fanáticos, los almorávides, a los que siguieron los almohades. Mérida siguió siendo la capital hasta que Badajoz fue el centro de la taifa. Al final estaban los esclavos que podían adquirir la libertad a veces si se convertían al Islam.

Los mozárabes extremeños a finales del siglo IX se rebelan varias veces contra Córdoba, el poder central, y muchos emigran al norte, al reino de León. Pero a la vez los muladíes por motivos económicos se rebelan en Alange y fundan Badajoz, que con la caída del califato de Córdoba y la desmembración en taifas, será el reino o taifa de Badajoz.

Se fortifican Trujillo, Coria, Monfragüe, Montánchez, Galisteo, Granadilla o Albalat en la parte norte de Extremadura.

De la economía agraria de los árabes es de destacar la introducción de cultivos hasta ahora desconocidos como naranjo, limón, melocotón, dátil, azafrán, caña de azúcar, algodón y otros. En esta zona, a causa de los conflictos internos no se desarrollan manifestaciones artísticas de relieve.

De la zona del Campo Arañuelo, geógrafos árabes como al-Idrisi, escriben que se despobló hasta la sierra, sólo señala a Coria en el norte como lugar importante y al sur Cáceres y Trujillo que no tenían aldeas a pesar de la extensión de su territorio. En cambio destaca una gran población fortificada, Albalat, capital de la “ cora “, comarca o provincia. No se menciona ninguna población más. Ni siquiera Almaraz, único topónimo árabe del entorno y que significa labrantío o era. Almaraz, que mantiene restos de otras épocas anteriores, hasta la fecha la arqueología no ha dado muestras de ese pasado árabe. Todo hace suponer que era una aldea dependiente de Albalat. Por lo demás hasta la fecha ningún vestigio histórico.

Edad Media en Almaraz en época cristiana

Señorío de Almaraz. Existen varias versiones sobre el origen del señorío en las cuales varían personajes y fechas. La relación familiar entre Sánchez, los Duranes y los Almaraces a veces es difícil probar pero pudo existir. Sancho IV hizo privilegio de Almaraz a Teresa Sánchez. En 1289 el mismo rey dona Almaraz a Alfonso Durán. En 1291 el Concejo de Plasencia confirma Almaraz a Pedro Sánchez que hizo compra a la anterior. En 1305 Fernando IV da Almaraz a Beatriz Alfonso su prima hermana con derecho a poblarlo con cien personas. La familia Almaraz procedía de las montañas de Asturias y León y participaron de la repoblación de Salamanca. El 3 de diciembre de 1343 al sucesor  de Beatriz, Juan Alfonso Gómez de Almaraz, el rey Alfonso XI convierte el señorío de Almaraz en mayorazgo en pago por su ayuda en la toma de Algeciras. El mayorazgo era una institución por la cual todas las propiedades eran heredadas por el hijo mayor. Se confirma el mayorazgo el 28 de diciembre y en 1351 Pedro I lo vuelve a confirmar. Juan Alfonso casa con Teresa del Bote en 1329, heredera del señorío de Belvís, uniendo los dos señoríos. Además es el primer constructor del castillo de Almaraz, obra que seguirá hasta el siglo XV, de la que existe una torre cuadrada de sillería y mampostería de 14 metros, con matacanes en los cuatro flancos, puerta con dintel y dos zapatas. Tuvo cuatro plantas ya desaparecidas. También Almaraz tiene derecho a administrar justicia, que se materializa en el rollo que subsiste obra del siglo XV, gótico, de fuste octogonal con cuatro brazos y remate piramidal y 3 gradas de planta octogonal con añadidos de siglos posteriores. El escudo de la familia presenta una banda azul ganada en la batalla y dos dragones enfrentados. Blasco Gómez de Almaraz, hijo de Juan Alfonso, en 1395 tiene el privilegio real de poblar la villa. Se trata en realidad de una segunda repoblación a la de 1305 que indica una demografía escasa. Blasco hizo construir el palacio de los Almaraz en Plasencia, más tarde de los Zúñigas y después de una rama de éstos, la de Mirabel. En esta época empiezan las luchas de los Almaraces con los Monroy. Blasco muere al atacar Valverde, señorío de Hernán Pérez de Monroy. Su sucesor, Diego Gómez de Almaraz, titular del señorío en 1373 se venga matando a Hernán. Estas guerras terminan cuando la hija de Diego, Isabel de Almaraz, a la que legó mayorazgo en 1413, se casa con Hernán Rodríguez de Monroy, nieto de Hernán Pérez. En 1392 están unidos los señoríos de Almaraz, Belvís y Deleitosa. Hernán e Isabel, tienen cinco hijos y siete hijas. Isabel a causa de las herencias es tenida presa en el castillo de Belvís por hijos y nietos durante dieciocho años. Otra mujer de la familia, María la Brava, en Salamanca, hará una venganza matando a los asesinos de sus hijos. A partir de ahora el apellido familiar será  Monroy hasta 1544 en que Beatriz de Monroy casa con Fernando Álvarez de Toledo, conde de Oropesa. Los conflictos en la familia perduran cuando a la siguiente generación la familia se divide en dos ramas, ambas con el apellido Monroy. Así en 1452 Hernando de Monroy, el gigante, señor de Almaraz, Belvís y Deleitosa y su hermano Alonso, clavero de la Orden de Alcántara, batallan contra su primo Hernando de Monroy, el bezudo, señor de Monroy.

Por lo tanto la repoblación de Almaraz durante la Reconquista se hizo a través de la institución del señorío: el rey hace donación de un lugar a un noble en pago por servicios militares. Estos señoríos eran enormes. En Extremadura donde los latifundios existían desde época romana, visigoda y árabe, ahora se ven confirmados. En el caso del señorío de Almaraz y Deleitosa ocupaba unas 18.000 hectáreas.

En estos tiempos aparecen la dehesa, gran explotación de campo destinada a pastos y la transhumancia : el ganado del norte llega a Extremadura  a pastar en invierno en tierras arrendadas a través de las cañadas reales. El organismo que gestiona esta actividad económica es la Mesta (Pastores Transhumantes de Castilla). En el término de la villa de Almaraz se hace por la Cañada Real Leonesa Occidental.

Los nobles militares se establecen en los castillos en el campo (Almaraz y Belvís) y en casas fortificadas en la ciudad (la familia Almaraz lo hace en Plasencia donde se les conoce hasta tres solares; uno principal donde se celebró la boda de Juana la Beltraneja con Alfonso V de Portugal que luego pasará a los Zúñigas, otro en la calle Trujillo que Diego Gómez de Almaraz cambió por el hospital de pobres y otro en la calle Quesos. El solar de los Monroy es la casa de las dos torres, luego de los Carvajal).

Almaraz y Monroy eran con otras pocas familias el patriciado más alto de Plasencia, pero cuando los monarcas en 1441 dieron Plasencia a los Zúñigas, luego duques de Béjar y Plasencia, estas familias que pierde poder social abandonan la ciudad  en los años siguientes. Así los Monroy  marchan a vivir a Trujillo y sus solares son ocupados por los Zúñigas o Carvajales.

La sociedad de Almaraz de estos años la constituían los señores de la villa, ocupados en luchas civiles o foráneas, quizás algunos clérigos y artesanos o comerciantes y una mayoría de campesinos, hortelanos y pastores, con obligaciones militares llegado el caso. La toponimia de lugares del Campo Arañuelo indica que la procedencia de los primeros repobladores fue sobre todo de Ávila. En un documento de 1449 Almaraz tenía 140 vecinos. La economía era ganadera y cerealística con algunos productos de huerta y frutal introducidos por los árabes.

Hubo una judería en Almaraz y otra en Belvís, ésta última registrada en los años 1485 y 1491. El judío era vasallo del rey, no del señor en cuyo señorío vivía. Posiblemente la calle Moralejo sería su ubicación ya que en otros pueblos tal era el nombre de una calle de su judería. Mariano Martín estudia el caso de Francisco López, un converso de Almaraz que fue delatado al Santo Oficio.

Después de la batalla entre partidarios de la Beltraneja y los isabelinos, la reina Isabel I escribía, el 5 de octubre de 1479 desde Almaraz donde se encontraba, diciendo que la guerra había terminado. En esa misma fecha en Almaraz la reina firma un privilegio. Parece ser que la reina se encontraba sola, pues el rey Fernando estaba en Aragón. Años más tarde, el 14 de julio de 1496, los Reyes Católicos alojados  en Almaraz, dan licencia a Martín de Ovando, noble cacereño, para fundar mayorazgo.

La estancia de los reyes en el pueblo no podría se otra que el castillo, actual Torreón.

Almaraz en la Edad Moderna

En 1520 el emperador Carlos V otorga los señoríos de Almaraz, Belvís y Deleitosa como condado de Deleitosa a Francisco de Monroy. Por enlace de su hija Beatriz con Fernando Álvarez de Toledo, conde de Oropesa, se unen ambos condados. Fernando fue una gran mecenas en sus territorios fundando iglesias, conventos y hospitales.

La iglesia de San Andrés es edificada en el segundo cuarto del siglo XVI, siendo su promotor el obispo de Plasencia Gutierre de Vargas y Carvajal. La iglesia, de estilo gótico tardío y renacentista, consta de muros de mampostería, con contrafuertes de sillería, bóveda de crucería con nervios sobre ménsulas, quedando la central inconclusa y escalera de caracol en la torre que consta de tres plantas: en la inferior la sacristía, el llamado cuarto llano en la central y arriba el campanario. Destaca la portada meridional de estilo clasicista que pudo hacerse ya en el siglo XVII con cuatro columnas jónicas acanaladas rematadas con cuatro pirámides y hornacina con imagen de San Andrés.

La iglesia ha sido reparada en 1810, 1820, 1840, 1868 y en 1963, por lo que sólo queda original la primera bóveda, la portada y las paredes. En el interior destaca su retablo barroco con columnas salomónicas. La imagen de la Virgen de Gracia también es barroca.

En el siglo XVI en el límite de la jurisdicción de Almaraz, ya en el término de Romangordo en la Campana de Albalat, se construyó a iniciativa del obispo de Plasencia Juan de Carvajal el llamado puente de Almaraz, denominación popular y reciente (hay textos del XVIII que hablan de Albalat o Almaraz en vulgo, pero lo empezaron a llamar y escribir así los ingleses en la Guerra de la Independencia), ya que su nombre original fue puente de Albalat. Consta de dos ojos de 130 metros y altura de 38 metros. Tenía escudo de Carlos V en un lado y de Plasencia en el otro. Se terminó en 1537 y fue obra. Las sucesivas destrucciones en las guerras hizo surgir una leyenda que sobre una inscripción que decía “Puente de Albalat, si te caes no te levantarás, y si te levantan no como estás” .Esta obra fue de capital importancia para las comunicaciones pues hasta esa fecha el paso por el Tajo se hacía a través de barcas.

La población estaba situada en el camino real que comunicaba Madrid y Portugal, ruta que en los siglos XVI y XVII fue paso para bodas reales o de tropas en las distintas guerras con Portugal. Antón Trejo y Hernando de Trejo, vecinos de Almaraz, en 1542 prueban su hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid. En un censo de 1571 Almaraz contaba con 200 vecinos. En otro de 1723 era de 250 vecinos. La población de estos siglos no aumentó por varias causas.

Esta época es la de la conquista de América en la que al igual que muchos extremeños hubo almaraceños que participaron en la colonización y evangelización de aquellos territorios. Se conocen algunos personajes destacados como Fray Diego García de Almaraz, misionero en México donde fundó una capellanía para la iglesia de San Andrés de su pueblo natal; Fray Juan de Almaraz (1510-1579), agustino, obispo de Paraguay; Fray Marcos de San Andrés, agustino, vicario prior de Cayagán (Filipinas) en 1662 y Fray José de Jesús (1652-1684), agustino, prior de San Sebastián de Manila (Filipinas). Pero junto a estos irían agricultores y artesanos locales en busca de mejoras económicas. Así Gonzalo de Béjar y Juan de Trejo pasan a Indias en 1513, Rodrigo de Jerez embarca en 1527, Antón de Almaraz llega a México en 1536, Juan Díaz de Almaraz se fue en 1556. La tierra era una gran propiedad particular del señorío, excepto una parte comunal, la dehesa boyal. El siglo XVII fue abundante en guerras, pestes y hambre. Así la llamada Guerra de Liberación de Portugal en 1640. En estos conflictos los pueblos situados en las vías principales estaban obligados a levas forzosas de tropas, a alojar y abastecer tropas, que a veces, robaban ganados y alimentos. Más tarde de 1701 hasta 1714 se produce la Guerra de Secesión, durante la cual en el castillo de Almaraz  en 1706 se hospedó el marqués de Minas que había proclamado en Plasencia al archiduque Carlos y en 1710 se alojó el rey Felipe V que arrebató el puente al anterior, propiciando la victoria de Villaviciosa.

Un hijo ilustre de la villa poco conocido es un pintor, Alonso Gallego, que pintó el altar de la capilla de la Concepción de Trujillo y en 1520 restauró el retablo del Ayuntamiento de dicha población.

También es digno de mencionar a Martín Arredondo, maestro de herrador, albéitar (veterinario) y cirujano, gentilhombre en las reales guardias viejas de Castilla, natural de Almaraz y vecino de Talavera de la Reina, considerado “el albéitar más culto del siglo XVII y que en 1649, 1656 Y 1662 realizó algunas curas extraordinarias.”

En 1723 se entabla un pleito entre el Conde de Oropesa y la villa de Almaraz por la propiedad del prado anexo al castillo, pleito que perdió la villa.

En el siglo XVIII Almaraz tenía plaza de toros en la calle Plasencia. Existía un Vía Crucis con cruces de piedra hasta el arroyo Molinillo.

Diferentes textos del XVIII nos hablan de Almaraz. Un viajero inglés que pasó por la población, escribe en su libro “ Viaje de Londres a Génova “ con fecha 23 de septiembre de 1760 “ la aldea de Almaraz es tan pobre como aquella de Jaraicejo y no tiene nada de notable excepto por lo romántico de su situación. La vista desde la ventana de la posada se extiende sobre un trecho de roquedal con algunos árboles “. El político Campomanes en su "Viaje a Extremadura" de 1778 habla del arroyo de La Calera que viene de la fuente con bóveda romana de donde hacen la cal y de la que sale un acueducto que antes era subterráneo y que en 1740 se hizo descubierto de teja sobre pared de cal y canto y que en ese año de la visita se hallaba arruinado. Dice que el pueblo tenía 85 vecinos de los 800 que llegó a tener según le dijeron y que pagaban el onceno de frutos al conde de Oropesa. Habla del arroyo del Molino sin puente a la salida del pueblo y de en medio de la calle principal hay antiguos paredones de casas destruidas que estorban el paso y el aire. Habla de la dehesa boyal del Encinar que llega hasta el río Tajo con 500 cabras de un vecino, existiendo otro vecino en el pueblo con la misma cantidad de animales. Al lado de acá del puente había casa de portazgo para cobrar el paso que era de una peseta por cada coche. El geógrafo Tomás López que visitó la villa en 1798 dice que el castillo ya estaba arruinado, había casa de piedad para pobres (hospital) y canteras para cal y teja y ladrillo, actividad económica que debió existir desde mucho antes y que perduró hasta los años 60 del siglo XX. En 1791 el magistrado o visitador Melchor Basadré dice que Almaraz tenía sólo 90 vecinos; dos dehesas boyales, una de pasto y la llamada “de arriba “ de pasto y labor; tres molinos de aceite y molinos de pan cerca del Tajo; dos mesones, en la plaza del Mercado y la calleja del Tinte (actual Plaza Nueva); ermita de la Virgen de Rocamador donde se hacía su fiesta el primer domingo de mayo; hospital para recoger pobres y mendigos (en el antiguo lagar de la calle Plasencia según tradición oral) y menciona hasta siete cofradías. Dice que es buena tierra de caza y pesca y de la existencia de 400 colmenas; mercados los sábados después del día de San Andrés ; ganados de vacas y cerdos cuya carne se vendía en la feria de San Marcos o San Benito (Talayuela). Pero menciona el abandono de caminos, la falta de puentes en los arroyos o de cementerio, no había maestro, sí un cirujano. Los vecinos tenían como diversiones tirar a la barra, jugar a la calva, jugar un rento, beber vino y bailes de pandero.

Almaraz en la Etapa Contemporánea

El siglo XIX comienza con la Guerra de la Independencia que dura de 1808 a 1813. Alrededor del puente de Albalat se suceden muchos acontecimientos militares ya que por Almaraz pasaba el camino real que era la red viaria más importante de Extremadura. Los documentos militares ingleses hablan de Almaraz pero en realidad se refieren a Lugar Nuevo en Romangordo, posición militar francesa conquistada por el general inglés Hill en 1812 en su “Raid on Almaraz “. En 1808 el general Galluzo intenta volar el puente pues los franceses estaban en Navalmoral. En diciembre del mismo año el general Balance toma el puente. En 1809 el general Gregorio de la Cuesta vuela a pico y barrena un arco que se reconstruye entre 1841 y 1845. La comarca estuvo ocupada por miles de soldados franceses. La villa de Almaraz al igual que las poblaciones del Campo Arañuelo se ve afectada por el paso de tropas regulares y las guerrillas sufriendo los vecinos represalias y saqueos. Las iglesias fueron desvalijadas o quemadas, en el caso de Almaraz los archivos municipales incendiados. La población abandonó los pueblos y huyó hacia el monte. El escritor José María Blanco White pasó por Almaraz en junio de 1808 y escribe “ al enterarse de los sucesos de Madrid y la sublevación de las principales ciudades, los habitantes del pequeño pueblo de Almaraz, armados rudimentariamente, se presentaron en masa ante la casa del alcalde y, a la pregunta de éste sobre qué era lo que deseaban, el portavoz de los amotinados respondió : “ queremos matar a alguien, señor... queremos matar a un traidor “, lo que indica la incertidumbre de los vecinos ante las noticias que llegaban de Madrid. Personaje destacado de esta guerra en Extremadura fue Pedro Caro y Sureda, III marqués de La Romana, que organizó un ejército de 20000 hombres y cuya familia a partir de mediados del siglo adquirió propiedades en Almaraz que mantienen aún sus descendientes.

El condado de Oropesa al que pertenecía Almaraz a finales del S. XVIII por enlace familiar se había integrado en el ducado de Alba de Tormes. En 1802 Cayetana de Silva, duquesa de Alba y condesa de Oropesa fallece sin sucesión directa pasando su patrimonio a la Corona. Para los vecinos suponía liberarse del dominio señorial. Pero un primo de la difunta, el duque de Frías, reclama el condado de Oropesa y en 1806 gana el pleito. Las Cortes de Cádiz en 1811 disuelve los señoríos. Fernando VII en 1814 deroga la Constitución y Almaraz vuelve al duque de Frías. En 1820-1823 con el Trienio Liberal vuelve a eliminarse los señoríos y la Constitución de 1837 elimina el señorío jurisdiccional pero permite el patrimonial por el que la propiedad de la tierra permanece en quien tenga títulos de adquisición de ella. Almaraz pertenecía al sexmo de Plasencia, institución que desde el medievo agrupaba a varias localidades para administrar los bienes comunes, los llamados propios, es decir, dehesas boyales con los que el ayuntamiento atendía los servicios que hoy cubre el Estado : medicina, enseñanza, etc.

El duque de Frías se hace con la propiedad de tres dehesas de 1100 hectáreas en Belvís y una dehesa de 350 hectáreas en Almaraz, pero tiene que vender otras de ambos términos en 1850. La desamortización de Madoz en 1855 afectará a los bienes comunales. La liquidación de bienes propios vendidos según las leyes de la desamortización fue la siguiente : la finca Camadilla y Camaluenga o Cañaluenga y la finca Torrejón se ofertan desde el Boletín Oficial con fecha de 8 de septiembre de 1859, fueron rematadas por Juan Vera de Plasencia en fecha desconocida; Dehesa Nueva es rematada por Juan Palacios en 1859; las tres fincas son adquiridas por el famoso banquero José Salamanca el 27 de febrero de 1860; Dehesa de Arriba por el duque de Frías el 17 de agosto de 1861; El Egido y La Sierra por Ramón Porras ; Valdeobispo aparece el 11 de noviembre de 1859 en el Boletín y es rematada por Marcos Lozano en fecha desconocida; La Dehesilla por Victoriano Cortijo; Los Piojares por el duque de Frías; un terreno sin especificar por Dionisio Fernández el 14 de junio de 1865 y dos por Santiago González en 1869; la fragua, casa y horno por Francisco Guadalupe ; el prado de la villa por un tal Montero de Las Casas del Puerto; Valdelcincho por Félix Muñoz. Con fecha de 20 de julio de 1877 aparecen como fincas embargadas “una tierra de la Azúa “ procedencia del clero siendo Francisco Moreno el comprador y “ una tierra en Valdeobispo “ procedencia del clero y Genaro Moreno como comprador. El Boletín Oficial de 16 de septiembre de 1890 oferta la dehesa boyal Mesillas, que se había subastado el 11 de febrero de 1887 y rematada por Lucio Fernández quien se declaró en quiebra, habiéndose anulado la subasta el 16 de julio de 1889.La familia Comillas-Güell, enriquecida en las colonias americanas, adquiere Camadilla en 1890 en Almaraz y tierras en toda la comarca. El marqués de La Romana, familia de origen mallorquín, adquiere en 1879 al duque de Frías todo el patrimonio de la zona. El resto es adquirido por una familia de la burguesía cacereña, los Sánchez-Breñas. Estas familias influyen tanto en el pueblo que a principios del siglo XX los candidatos en las elecciones de la zona eran el marqués de La Romana por el partido conservador y Breñas por el liberal o moderado.

Nos consta que en 1803 la villa tenía servicio de correos y diligencia. En 1807 Almaraz tenía un molino de aceite, dos hornos de cal y uno de teja y ladrillo. Benjamin Lowell Badock, un viajero inglés que pasó por Almaraz escribe en 1832 “siguiendo a través de la misérrima aldea de Almaraz “. Madoz escribe en 1847 que Almaraz tiene 90 vecinos, 496 habitantes; tres calles empedradas, dos plazas, escuela, ermita, fuente de caños, pilón de animales y charca para lavadero. Villaescusa en 1850 da una población de 100 vecinos, 460 habitantes; servicio de diligencias dirección Badajoz los jueves y domingos, dirección Madrid los miércoles y sábados. El censo de 1861 es de 694 habitantes, el de 1883 de 793 y el de 1888 de 823.

En 1854 se inaugura la Carretera de Extremadura sobre el Camino Real que es la calle principal del pueblo.

Para la iglesia en 1816 se adquiere la imagen actual de la Virgen de Rocamador, obra de Luis Beltrán.

Las guerras carlistas y las desamortizaciones afectaron al pueblo y a las propiedades del Ayuntamiento, ya que se produjo una concentración de tierra en pocas manos, perjudicó a los campesinos al venderse las tierras comunales o dehesas boyales.

La ermita  desaparece en esos años debida a la venta de bienes eclesiásticos en 1836 y 1841. Comienza a principios del siglo XX una emigración de almaraceños a Argentina y Brasil. En los años 20 otra emigración se produce con destino a Francia.

El padrón de 1910 ascendía a 1046 habitantes. En 1919 se compra la imagen de San Roque, hoy depositada en la Casa de Cultura, que se exhibe en las fiestas locales.

En 1929 se inicia la tradición de hacer los quintos un arco en la madrugada de Resurrección. Otra tradición secular de los quintos es la de la quemar maderas en la noche de San Andrés en la puerta de la iglesia.

Merece ser citado un personaje a caballo entre los dos siglos. Enrique Almaraz y Santos (La Vellés-Salamanca-1847—Madrid +1922). Como indica su apellido sus orígenes eran almaraceños, ya que sus abuelos eran de Almaraz. Fue obispo de Palencia en 1893, arzobispo de Sevilla en 1907, cardenal de San Pietro in Montorio en 1911 y cardenal de Toledo en 1920, en cuya catedral está enterrado. Fue nombrado hijo adoptivo de Sevilla, Palencia, Puerto de Santa María y Almaraz en 1912.

Durante la II República tierras propiedad del marqués de La Romana fueron ocupadas por jornaleros; otras tierras propiedad de los Comillas-Güell fueron distribuidas a vecinos dentro de la política de reforma agraria desarrollada en esos años. En una relación de esos años se describe la finca de Camadilla y Cañada Luenga de 378 hectáreas. En la finca de Torrejón de 478 hectáreas se asientan 87 vecinos desde marzo de 1934 a febrero de 1936, de la cual ocupan 240 hectáreas laborables con 703 ovejas, 237 cabras y 51 vacas. Además la finca Dehesa Nueva o Picatón, expropiada a la familia Güell, arrastraba un contencioso desde las desamortizaciones del siglo anterior. Tal dehesa, de 480 fanegas, fue cedida al pueblo por el Sexmo de Plasencia  en 1800 a cambio de un puente del arroyo de Cañadillas para Plasencia como señalan los documentos, pero en 1854 un deslinde de la finca con la dehesa boyal de El Toril hace que se pierda la posesión, cuando es criterio del pueblo de Almaraz que la finca llegó a los Comillas como un injusto despojo.

En los primeros días de la guerra civil, en julio de 1936 Almaraz fue ocupada por las tropas nacionales con efectivos de legionarios y marroquíes, que durante semanas acamparon principalmente en el interior de la iglesia y en el palacio del marqués de La Romana. El pueblo sufrió bombardeos desde el castillo y pueblo de Belvís por parte de los republicanos donde no hubo víctimas, pero teniendo que ser evacuada la población hacia el Arrocampo. La represión posterior sobre políticos y simpatizantes del bando republicano originó una veintena de muertos o desaparecidos, entre ellos el alcalde Alejandro Francisco de la Puente Pérez, que fue fusilado en Cáceres en mayo de 1937. Un vecino fue víctima de las checas en Madrid. En 1937 el gobernador civil de Cáceres solicita al conde de Ruiseñada, de la familia Güell su opinión para el nombramiento del alcalde. En la postguerra hubo partidas de maquis en la zona, produciéndose un secuestro de dos niños del pueblo con petición de rescate, que finalizó con la detención y muerte de uno de los de los autores.

Algunas fiestas se pierden en las décadas posteriores: las danzas del palillo y del cordón, los carnavales, el correr los gallos o con cintas, el juego de  pelota en la plazoleta desaparecida de la iglesia. También se produce una emigración a Madrid. El pueblo sigue siendo esencialmente agrario, con cultivos de cereales y aceituna, en menor escala tabaco y algodón. Corrales familiares de gallinas, cerdos y ovejas. El ganado de cabras que regresaba cada tarde a sus corrales en el pueblo es sustituido por vacas. La matanza del cerdo era un rito anual.

En los años 60 un desafortunado plan de adaptación de ganado argentino en unas fincas provocó la venta de la dehesa de Torrejón a una familia madrileña, los Lapique.

En la segunda mitad del siglo XX hay dos grandes proyectos industriales: Valdecañas y C.N.A.

 La presa y central de Valdecañas, popularmente el Salto, fue obra que duró desde 1957 hasta 1964 empleando hasta 2200 trabajadores. Almaraz duplica su población que se había mantenido en 1000 habitantes la primera mitad del siglo XX hasta alcanzar los 2000. Se construyen viviendas para trabajadores de la obra en la carretera de Valdecañas. Acabada la obra se inicia una emigración a Madrid, País Vasco, Cataluña; en menor proporción a Francia, Alemania y Australia. La población cae hasta los 900 habitantes en los primeros años 70. Durante estos años la agricultura dejó de ser la primera actividad económica. Se abandonan los hornos de teja y cal, actividad de siglos en el pueblo. Se cierran el cine y los salones de baile, la panadería tradicional. Sin embargo las fiestas de San Roque en agosto alcanzan renombre comarcal al hacerse el baile gratis y repartir la carne asada de los toros entre los asistentes.

La central nuclear de Almaraz se autorizó en 1971 y 1973, el permiso de pruebas en 1975, el permiso de la puesta en marcha en 1980 y 1983 y el permiso de explotación en 1981 y 1984. Para traer los reactores de la central por carretera hizo falta que se reforzara el puente de Albalat con cemento. En ciertos momentos la obra albergó hasta 5000 puestos de trabajo.

Se construyen dos poblados para trabajadores de la obra en la carretera nacional Madrid-Lisboa.  Se urbaniza el barrio de la Cruz, barrio creado en la posguerra de casas sociales y corrales. El cuartel de la guardia civil que hasta la fecha estaba al lado del Ayuntamiento se traslada a las afueras. Se pavimentan las calles y se hace la acometida de las aguas. Las casas se reforman o se hacen viviendas y dos urbanizaciones nuevas a la entrada del pueblo entre la calle principal y la carretera. Un nuevo colegio ampliado se hace sobre el antiguo. La hostelería tiene su etapa de auge. También se pierden lugares de siempre como “El Tinte”, los lavaderos, la fuente de los caños, el pilón del ganado, los puentes de Membrillo y Gil Caro. A partir de la restauración democrática Almaraz empieza a contar con servicios sociales e industrias que se asientan en su término. Así una fábrica de cartonajes en 1986, una industria de material hospitalario de nombre Dispo-Plast y luego Sendal en 1980, un matadero finalizado en 1995 que entró en funcionamiento en 2003, una fábrica de miel en 1995, una incineradora de  residuos orgánicos de ganado en 2005, una industria de energía solar  en 2008; además de hogar del pensionista en 1986, se reforma el Ayuntamiento en 1986, nuevas instalaciones escolares en 1995, guardería infantil en 1990, ambulatorio médico o centro de salud en 1996, residencia de ancianos en 2000, juzgados y nuevo correos (situados ambos sobre las primitivas escuelas), nuevo cuartel de la guardia civil, casa de cultura con biblioteca en la Plaza Nueva en 1986 (hoy radio municipal e instalaciones de la tercera edad), nueva casa de cultura con nueva biblioteca en la plaza principal en 1996, parques, paseos ajardinados, piscina en 1986, campo de fútbol en 1989, plaza de toros y un pabellón deportivo en 1984; finalmente una pista de pádel en 2008. Una nueva ermita en el sierro, cerca de la ubicación de la destruida se construyó en 1999. En 1993 en los restos de la ermita visigoda aparecieron vestigios de obras romanas. Entre 1993 y 1995 se hace la obra de la autovía con dos túneles en el puerto de Miravete que supone una mejora del tráfico y de las comunicaciones para la población. El acondicionamiento del paraje Dehesa La Camadilla como parque periurbano y zona ZEPA con la instalación de observatorios para el avistamiento de aves se hizo en 2004. Una de las obras más recientes es el centro de interpretación de la orquídea Orchydarium inaugurado en 2015.

 Información recopilada por José Carlos Salas Domínguez


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